En el presente capítulo se resumen los problemas que generan las incrustaciones en cañerías de transporte de fluidos, en las industrias y minería en general.
Las consecuencias de las incrustaciones calcáreas y/o salinas se resumen en:
1. Pérdidas de productividad debido a la obstrucción de las cañerías por reducción del diámetro de estas con la consiguiente disminución de la presión y el caudal, llegando al 80% e incluso al 90% de pérdidas debido a la incrustación.
2. Aumento de los costes de reparaciones y mantenimientos por la reposición cañerías, válvulas, juntas e incluso bombas de impulsión, y paradas de planta.
3. Incremento del 40% en el consumo energético producto del aumento en tan solo 6 mm de espesor de la incrustación.
4. Bloqueo o taponamiento de válvulas de alivio, válvulas de retención, bombas de agua, sensores, entre otros.
5. Pérdida de hermeticidad de las líneas de agua.
6. Resistencias eléctricas corroídas por la cal
7. Mayor tiempo para calefacción y/o refrigeración
8. Aumento de los costes energéticos debido a la calcificación de las resistencias que necesitan un consumo de energía superior para realizar su función, afectando a todos los equipos asociados. Por ejemplo, una caldera puede llegar a consumir hasta un 60% más de energía suplementaria.
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